Foto: cortesía Museo de Arte Carrillo Gil.
(con información de museodeartecarrillogil.com)

El gobierno del estado de Sonora –a través del Instituto Sonorense de Cultura– convocó el mes de junio de 2016 a participar en la segunda edición de la Bienal Nacional del Paisaje. Durante la convocatoria fueron recibidas 1146 piezas de 625 artistas —mexicanos y extranjeros. Un jurado especializado, formado en esta ocasión por el director del Instituto de Geografía de la UNAM, Federico Fernández Christlieb, la directora de Suluz y curadora independiente, Patricia Mendoza, y el curador en jefe del Museo de Arte Carrillo Gil, Guillermo Santamarina, seleccionó a 43 artistas.

Por su eje temático —el paisaje—, la convocatoria incluyó una diversidad de prácticas artísticas: pintura, escultura, gráfica, fotografía, video, instalación, proyectos de intervención, sitio y performance, así como propuestas interdisciplinarias.

De acuerdo con P. Zusman (Perspectivas críticas del paisaje en la cultura contemporánea), la reflexión sobre el paisaje ha tenido un enorme impulso en las últimas décadas, debido principalmente —en el ámbito de la teoría— a la crítica posestructuralista (donde la noción de paisaje es entendida como híbrido) y a aspectos sociales relacionados con la globalización, la volatilidad del capital y la reorganización de la geografía; lo que —según la autora—ha ocasionado la desaparición de unos paisajes y la construcción de otros. Habría que añadir, por un lado, el creciente interés por la preservación de la naturaleza, entendido como “preocupación ecológica” (A. Cauqueline, L´Invention du Paysage) y por otro, el incremento en los desplazamientos de seres humanos por las migraciones y viajes turísticos, científicos o empresariales (G. Silvestre y F. Aliata, El paisaje como cifra de armonía). Es evidente que las prácticas artísticas contemporáneas no pueden ser ajenas a estos fenómenos y circunstancias.

La selección de esta segunda edición hace referencia, en primera instancia, a una evidente preocupación por la representación del paisaje, la forma del dispositivo y su resolución enunciativa. Hay, en algunas propuestas, aspectos relacionados al conflicto y definición territoriales; en otras más, aspectos vinculados a la ecología y formas de sustentabilidad, asociadas la mayoría de las veces a la identidad de un grupo social. Finalmente, hay propuestas que aluden a la memoria, entendida ésta como una manera de dar sentido a un “yo”, frente a la complejidad de una historia particular y sus entornos inmediatos.

Curadores: Javier Ramírez Limón y Gabriel Boils Terán

 

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