Una de las primicias más esperada del Auto Show de Ginebra es, sin lugar a dudas, el Missile de Corbellati. Esta firma joyera, entusiasta del diseño y del arte con un siglo de historia, se embarcó en una nueva aventura llena de desafíos: la creación de un automóvil con un rendimiento único y un diseño sin igual, una verdadera joya.
Esta aventura comenzó algunos años atrás, un poco como diversión que poco a poco se convirtió en un proyecto serio y exigente, que dio como fruto al Missile, el hiperauto más rápido del mundo.
Detrás de estas hermosas líneas se encuentran largas horas de cálculos sobre aerodinámica para obtener una muy poca fuerza de arrastre, así como la fuerza descendente necesaria para alcanzar y superar los 500 kilómetros por hora. El corazón de este vehículo es su otra fortaleza para alcanzar semejante velocidad, un V8 de 9 litros biturbo que libera 1,800 caballos de fuerza y 2,350 Nm de par, creando, en conjunto con la aerodinámica las condiciones para un automóvil único.
El sistema de frenado con discos de carbocerámica, los neumáticos 265/35 de 20 pulgadas delanteros y los traseros de 345/30, la suspensión neumática a doble cuadrilátero autonivelante, además del chasis y la carrocería elaborados en fibra de carbono son el contorno ideal para ese auto único.