El lunes pasado falleció Niki Lauda, una de las leyenda de la Fórmula 1: El tres veces campeón del mundo, produjo el «acto más valiente de cualquier deportista» al regresar a las carreras tan pronto después de un terrible choque,
Austriaco, quien ganó el campeonato de pilotos en 1975, 1977 y 1984, casi muere tras un accidente en el Gran Premio de Alemania de 1976 en Nurburgring. A pesar de sufrir quemaduras severas e inhalar humos tóxicos, reanudó las carreras 40 días después.
El campeón mundial Lewis Hamilton dijo en Twitter «Extrañaré nuestras conversaciones, nuestras risas, los grandes abrazos después de ganar las carreras juntos. Dios descansa tu alma. «Gracias por ser una luz brillante en mi vida. Siempre estaré aquí por tu familia si alguna vez me necesitan. Te quiero, hombre».
Watson fue compañero de equipo de Lauda en Brabham y McLaren en las décadas de 1970 y 1980 y fue una de las primeras personas en atenderlo después del accidente.
«Llege poco después del accidente y los otros conductores que estaban allí lograron sacarlo de la cabina y se lo llevaron», dijo Watson a la BBC. «Lo acostamos y yo puse su cabeza en mi regazo y pudo comunicarse.
«Nadie se dio cuenta del daño real a Niki. El peligro real en el que se encontraba no era por las heridas superficiales que podíamos ver, sino por la lesión más profunda que era eso en su pulmón».
«Había sufrido la inhalación de humos tóxicos de la fibra de vidrio en llamas y no apreciamos la gravedad de la lesión que había sufrido.
«Fue solo después de dos o tres días que salió a la luz que el daño a los pulmones fue la lesión que puso su vida en peligro.
«Correr 40 días después de ese accidente fue el acto más valiente de cualquier deportista que haya visto en mi vida».
Oficialmente se realizará este miércoles en Viena, la ceremonia de despedida de los restos mortales del piloto que se consagró campeón de la máxima categoría del automovilismo internacional en tres ocasiones: 1975, 1977 y 1984. Según el diario austríaco Österreich, Lauda será sepultado con el traje ignífugo que utilizó en gran parte de su estadía en la F1. La vestimenta protectora, de color rojo, fue un clásico en la carrera del piloto que ganó 25 Grandes Premios en su historial.
El párroco de la Catedral de San Esteban de Viena, Toni Faber, donde se llevará se realizará el último adiós al austríaco, indicó que se esperan reconocidas personalidades del mundo motor y del espectáculo. Lewis Hamilton, campeón reinante de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, el ex mandamás de la categoría, y Arnold Schwarzenegger, el actor estadounidense-austríaco dirán presente en el recinto que se ubica en el centro de la capital del país europeo. Alrededor de 300 amigos y acompañantes asistirán a la ceremonia fúnebre.
Además, Alexander Van der Bellen, presidente de Austria, tendría preparado un discurso especial para homenajear a Lauda, uno de los grandes embajadores que tuvo el país. El lunes pasado, cuando se conoció la noticia de la muerte del piloto que se subió al podio en 54 ocasiones, se sumó a los mensajes de despedida: «Un ídolo y ambicioso luchador que nunca se rindió, se nos ha ido. Nuestras condolencias a su familia», expresó.
Este miércoles, durante cuatro horas, el ataúd de Lauda estará disponibles para que los austríacos o cualquier persona particular pueda despedirse. Todavía no se conoce el lugar del entierro, pero el municipio de Viena habría ofrecido una tumba de honor en el Cementerio Central de la ciudad. Según los informes de medios austríacos, una de las posibilidades es que el descanso final de Lauda sea en el cementerio de Neustift, donde está enterrada su madre.
Uno de los sueños finales de la vida de Lauda habría sido terminar sus días en la isla de Ibiza, uno de sus lugares favoritos en el planeta, pero su final fue en el Hospital Universitario de Münich. «Se ha dormido pacíficamente en el círculo de su familia más cercana», relató Birgit Lauda, su última esposa.
«En los últimos diez meses, hemos estado a su lado cada minuto. Nos reímos, lloramos, esperamos y sufrimos con él, pero al final Niki dejó sus poderes», agregó la mujer que lo acompañó hasta los últimos segundos y que fue la que decidió que el público pueda saludar a su ídolo en la ceremonia del próximo miércoles.
Los otros familiares que acompañaron a Lauda en su despedida fueron su ex esposa, Marlene, sus hijos Lukas, Mathias y los gemelos, Max y Mia.
El Gran Premio de Mónaco, y la organización dedicó ayer domingo, un minuto de silencio a las 14.53 horas, con los 20 pilotos de la grilla de partida y acompañados por los directivos y los familiares de Lauda. La FIA (Federación Internacional del Automóvil) y la F1 le pidieron a los aficionados que se sumen al homenaje, llevando a llevando gorras de color rojo, un clásico de Niki cuando caminaba por los pasillas del lugar que exprimió la gran pasión de su vida.