El origen de los vinos de Bourdeaux, tal como los conocemos en la actualidad, empezó hace unos dos mil años, con los romanos, quienes plantaron las primeras vides en la región. Bourdeaux sufrió constantes invasiones durante más de cinco siglos, y fue hasta 1152 cuando sus vinos empezaron a ser reconocidos por su excepcional calidad, cuando la duquesa de Aquitania se casó con el futuro rey de Inglaterra.
En esa época, la aristocracia inglesa comenzó a importar grandes volúmenes de vinos de Bourdeaux en barricas vía marítima. La famosa clasificación de los vinos del Medoc en 1855, para la exposición universal en París, permitió seleccionar los vinos de mejor calidad y tener la base para crear una denominación de origen controlada en 1936.
Las principales variedades de uvas que se utilizan para la elaboración de los vinos tintos en la región de Bourdeaux son: Merlot, en mayor cantidad, y en menor Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc. En la elaboración de los vinos blancos las más utilizadas son Sémillon y Sauvignon.
Clasificación de los vinos de Burdeos
Los vinos de Burdeos tienen cinco clasificaciones:
Grand Crus
Crus Bourgeois
Crus Artisans
Saint Emilion
Graves
Los Grand Crus a su vez se subdividen en cinco niveles de acuerdo con su calidad: Premier (1º), Deuxièmes (2º), Troisèmes (3º), Quatrièmes (4º) y Cinquièmes (5º).
Los vinos de Burdeos Saint Emilion: Según la calidad cuentan con cinco subcategorías: Premier Grand Cru, Premier Grand Cru Classé A, Premier Grand Cru Classé B, Grand Cru Classé y Grand Cru.
Chateaux La Fleur Petrus 2014 (Pomerol A.O.C)
Chateaux Belair Monange 2014 (Saint Emilion Premier Grand Cru Classé B A.O.C)
Representado por Stephane Laborie, Director Comercial JP MOUEIX
Propiedad de la familia Arnaud durante 200 años, hasta que terminó la Segunda Guerra Mundial, Pétrus fue vendido a la señora Loubat, quien había ido adquiriendo la propiedad progresivamente desde 1925. A su muerte en 1961, la finca pasó a su familia, la cual en 1964 le vendió la mitad a Jean-Pierre Moueix, quien tenía una empresa intermediaria llamada Établissements Jean_Pierre Moueix, con sede en Libourne. A su muerte, acaecida en 2003, su hijo mayor Jean-François se convirtió en el gérant de Château Pétrus, mientras que el menor, Christian Moueix, dirige la producción. El vino era elaborado por el enólogo Jean-Claude Berrouet, quien en 2007 cedió su puesto a su hijo, Olivier Berrouet. Debido a que no hay ningún castillo físicamente en la finca, se explica porqué normalmente es llamado Pétrus y no Château Pètrus.
Las 11.4 hectáreas de viñedo de Pétrus se encuentran sobre una meseta en la porción oriental de Pomerol, plantado con variedades de uva 95 por ciento Merlot y 5 por ciento Cabernet Franc. La finca es de las cinco primeras de Burdeos que realizó la cosecha en verde para disminuir los rendimientos de la cosecha y elevar la calidad de las uvas restantes, llegando algunos años a eliminar hasta el 50 por ciento de la cosecha. Ésta se realiza a mano durante dos o tres días, y las uvas se fermentan en cubas de cemento a temperatura controlada. El vino joven envejece en barrica nueva de roble francés durante 20 meses. Se lleva a cabo una severa selección previa al ensamblaje en cuba e incluso algunos lotes se rechazan para el Grand Vin. La producción, en comparación con otros burdeos, es pequeña, llegando a producir en algunos años sólo 2,500 cajas.
Situado en la parte oriental de la meseta de Pomerol, donde pueden encontrarse las mejores propiedades, vecino inmediato de Pétrus, La Fleur-Pétrus produce uno de los mejores vinos de Pomerol. A raíz de las terribles heladas de 1956 fue necesario replantar de nuevo todo el viñedo. El viñedo es todavía joven, según el criterio mantenido por su propietario, la sociedad Jean·Pierre Moueix, que lo adquirió en 1953 al señor Garet. El vino de la Fleur-Pétrus es menos corpulento, con una estructura más ligera que los otros Pomerol de la sociedad Moueix, como Pétrus, Trotanoy y Latour en Pomerol, pero es extremadamente elegante, y presenta una textura suave y voluptuosa. Alcanza generalmente su maduración más rápido que los vinos antes mencionados y puede por lo regular beberse en los cinco o seis años siguientes a la vendimia.