Embarque inmediato a bordo del Hot Balloon: el reloj mecánico en forma de globo aerostático creado por L’Epée 1839. Ya conocíamos las creaciones murales colaborativas Vanitas y Arachnophobia, tras las que ahora presentamos el reloj suspendido. Esta escultura cinética, que puede posarse sencillamente sobre una mesa o quedar en vuelo cautivo suspendida del techo, simboliza el espíritu de aventura y de levedad sin dejar de ser una pieza mecánica excepcional.

L’Epée 1839, socio oficial de la École cantonale d’art de Lausanne (ECAL) y en particular del Master of Advanced Studies in Design for Luxury and Craftsmanship, ha creado en colaboración con la alumna diseñadora de gran talento Margo Clavier este reloj en torno al tema del viaje.

Inspirados en el globo aerostático y en todo lo que este representa —la aventura, la imaginación, el descubrimiento, el sueño y la libertad—, Margo y L’Epée 1839 presentan un reloj mecánico lleno de prestancia, a veces flotante y que muestra las horas y los minutos a lo largo de ocho días.

Hot Balloon, una auténtica obra de arte de relojería, se admira también desde abajo, como si se estuviera descubriendo un globo aerostático en el cielo. Se trata del primer reloj mecánico que puede ser suspendido del techo.

La puesta en hora y el armado del movimiento se pueden realizar en ambas posiciones gracias a un astuto sistema que aúna forma y función, diseño e ingeniería, precisión y solidez. La hora se ajusta mediante una corona en forma de rueda situada en lugar de las válvulas reguladoras de los quemadores. El armado del barrilete es menos intuitivo y mucho más inesperado… de hecho la llave es la barquilla del globo. Basta con girarla para aportar energía al mecanismo.

Hot Balloon, lleno de poesía, está formado por 207 componentes íntegramente fabricados a mano en la manufactura L’Epée 1839, acabados y ensamblados también a mano por un equipo apasionado. El reloj, ya esté posado sobre una mesa, ya suspendido, mide 31 centímetros de alto por 17 centímetros de diámetro.

Hot Balloon se presenta en ediciones limitadas de 50 piezas para cada una de sus versiones: totalmente paladiado; negro y paladiado; azul y paladiado; rojo y paladiado o totalmente dorado.

La ligereza, la voluptuosidad y la fantasía

Hot Balloon, diseñado por Margo Clavier, es la interpretación soñada del viaje y la aventura. Para su primer proyecto en la ECAL, la colaboración con L’Epée 1839 confronta a Margo con un enorme desafío: diseñar un reloj mecánico. Tras una visita a la manufactura de Delémont, Margo se interesa rápidamente por el globo aerostático, que revolucionó el mundo con su primer vuelo en octubre de 1783. Hot Balloon, que se inspira en la estética de esos primeros globos, muestra un sutil contraste entre las piezas mecánicas visibles y las partes metálicas de acabados variados y finamente decoradas.

Cada parte del objeto ha sido diseñada para adaptarse a un reloj mecánico: la barquilla permite dar cuerda al movimiento, el quemador hace las veces de escape; la llama se convierte en el indicador de hora y, por último, la envoltura del globo, de grandes aberturas, confiere al objeto una impresionante transparencia y una ligereza completamente nuevas.

¿Reloj de mesa o suspensión mecánica relojera?

L’Epée 1839 se plantea este vuelo cautivo de una forma muy específica. Una forma completamente nueva de presentar el tiempo. Según se le antoje a cada uno, Hot Balloon puede situarse bien sobre una mesa de despacho, una consola o un aparador, o sencillamente puede suspenderse del techo, flotando en el aire por encima de todo. Una primicia para un reloj mecánico de esta envergadura.

Hot Balloon dispone pues de un kit que permite su suspensión. Un cable muy fino y perfectamente integrado en el diseño del conjunto sujeta el globo aerostático con seguridad, haciendo posible que alce el vuelo.

La lectura de la hora y los minutos se realiza sobre el quemador del globo y viene indicada por un doble indicador en forma de llama, que apunta a dos cilindros negros situados uno encima del otro.

La rueda de ajuste de la hora está situada bajo el escape vertical y sus engranajes, entre la barquilla y el quemador, en el lugar donde suele situarse la válvula de control del quemador. Como si reguláramos el caudal del gas del globo mediante una válvula para ajustar su vuelo, lo que se ajusta aquí es el tiempo.

El armado del reloj implica mover toda la barquilla. No importa en qué posición se coloque Hot Balloon, basta con girar la parte inferior de la barquilla unas vueltas, en general seis, para volver a darle la energía necesaria para sus 8 días de recorrido. Para una mayor facilidad de manipulación en caso de que Hot Balloon esté posado sobre una mesa, L’Epée 1839 también ha desarrollado la posibilidad de darle cuerda al movimiento manipulando el anillo superior de la barquilla para no tener que sostener la penduleta durante el armado.

Hot Balloon: técnicamente poético y soñador

Para aportarle ligereza y garantizar al mismo tiempo su excelente estabilidad, el globo, que mide 17 centímetros de diámetro, había de dejar pasar la luz y ser vaciado. Para la diseñadora Margo Clavier, la elección de sus líneas complejas y voluptuosas no fue anodina. Una decisión que dio quebraderos de cabeza a los ingenieros y a los técnicos de mecanizado: fueron necesarias numerosas horas de torneado y mecanizado para realizar esta pieza. A partir de un bloque de material, hay que mecanizar, tornear y vaciar el globo, para crear las cavidades y las curvas. La envoltura está realizada de una sola pieza, una pieza gigantesca si la comparamos con las dimensiones habituales en relojería.

La barquilla se convierte en movimiento mecánico y el movimiento mecánico se convierte en barquilla… La concepción del movimiento mecánico de Hot Balloon es muy cercana a la de un reloj de pulsera, pero mucho más grande. Y es que lo que en un movimiento mecánico de reloj de pulsera son la platina y los puentes se convierten aquí en las partes superiores de la barquilla. El segundo nivel es la platina principal de niveles múltiples. Así, el barrilete y todos los engranajes pueden ser admirados desde la parte inferior de la barquilla a través de un cristal mineral.

Si bien el movimiento de un reloj a menudo no es más que una pieza técnica, a veces visible pero nunca expuesta a las huellas digitales de su propietario, para L’Epée 1839 el movimiento se convierte en un objeto de pleno derecho, con todas las restricciones de manipulaciones, acabado y tratamientos de superficie que ello implica. Esta osmosis perfecta entre forma y función es la impronta de la marca.

El globo aerostático, entre ciencia, sueño y aventura

El hombre siempre ha tenido ganas de volar, desde Ícaro hasta Leonardo da Vinci, sin olvidar el niño que duerme en cada uno de nosotros. La ciencia pone muy pronto de manifiesto el principio de Arquímedes. Este principio, más conocido para los líquidos, es aplicable también al aire. Partiendo pues de este principio de mecánica de fluidos, podemos imaginar rápidamente un enorme globo que permita elevarse en la atmósfera. Un poco de ingenio y sin duda una gran pizca de locura permitieron, ya a finales del siglo XVIII, ver despegar el primero globo aerostático listo para explorar esas alturas tanto tiempo soñadas o imaginadas.

El globo aerostático inspiró a gran número de escritores, filósofos, cineastas, aventureros… y en la actualidad sigue siendo el símbolo de nuevos mundos, de horizontes insospechados y de grandes descubrimientos.

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