Carsten Höller es un perfeccionista y provocador, al generar laboratorios perversos y deslumbrantes que invitan a explorar nuestros estados emocionales y psíquicos.  Quizás a sus estudios profesionales en etnomología, Höller juega con aspectos de la naturaleza llevados a un contexto de la vida cotidiana y civil, creando por ejemplo, resbaladillas de varios pisos de altura que sirven para evacuar museos o edificios corporativos.

Seven Sliding Doors, 2014, Burning Down the House, 10va. Bienal de Gwangju, Corea del Sur (2014) Cortesía del artista © Carsten Höller / Foto: Attilio Maranzano

 

Para la exposición Sunday, en el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo, el artista hace uso de la arquitectura basándose en las pirámides prehispánicas para realizar la pieza Decision Tubes, una estructura en red y metal, suspendida delicadamente sobre el espacio central del museo, que permite al visitante “deambular por encima del suelo, constantemente enfrentándose a decisiones de qué camino tomar. Esta obra se basa en Decision Corridors, mostrada por primera vez en la Hayward Gallery en Londres, una estructura que obligaba al visitante a seguir una serie de curvas y esquinas, decidiendo a ciegas, qué camino tomar y qué corredor explorar.

Los proyectos de gran escala de Höller continuamente nos incitan a visitar parques de juegos y de diversiones. En Sunday, Höller continúa entrelazando lo familiar con lo ilusorio, a fin de elevar sus instalaciones experenciales a un nivel de psicodelia transcendental y fugaz. Una nueva versión de su pieza Upside-Down Goggles, (1994), una herramienta utilizable de desorientación y alienación estará disponible para que los visitantes recorran las exposiciones que se encuentran en el Museo Tamayo.

Double Neon Elevator, 2016, Doubt Pirelli HangarBicocca, Milán, Italia (2016). Cortesía ©Carsten Höller con el apoyo de INELCOM, Madrid. Foto: Attilio Maranzano.

 

Su Double Neon Elevator (2016), genera patrones de luz en cascada en una mímica dramática de la sensación de estar dentro de un elevador que sube y baja lentamente. Six Sliding Doors, ubicada como uno de los accesos a la exposición, es un corredor de puertas automáticas de espejo que genera interrupciones y consolidaciones del reflejo del visitante. Su Giant Triple Mushroom (2018) que hace referencia al uso de sustancias psicotrópicas, en particular al hongo Amanita Muscaria, en un collage misterioso que combina características de 3 hongos en específico y el hongo conocido como Tapa de tinta. Instalado encima del museo, como si creciera del techo, esta escultura imagina el museo y la exposición como un evento que sucede bajo tierra.

Light Wall, 2000/2017, Henie Onstad Sanatorium, Høvikodden, Noruega (2017). Cortesía @Carsten Höller y Henie Onstad Kunstsenter, Hovikudden / Foto: Attilio Maranzano.

 

Por último, Höller aprovecha esta exposición para rehacer su pieza Two Roaming Beds (2015), pieza que invita a los visitantes a pernoctar en el museo en dos camas que deambulan por la sala lentamente a lo largo de la noche. También en la exposición se encuentran reiteraciones de obras pasadas de Höller incluyendo sus series de pinturas tituladas Division Square y Division Circle, y sus Dot-Paintings; Smell of My Father y Smell of My Mother; Pill Clock (Red and White Pills); Flying City Tableware (2010); Phi Wall II (2002); The Pinocchio Effect (1994); Moving Image (1994-2004); y Love Drug (PEA) (1993/2011)

Sin lugar a dudas, que la visión psicotrópica del alemán, enloquecerá a los asistentes donde la interactividad y libertad es es parte de la experiencia al cuestionarnos el propio espacio y alterando nuestros los sentidos. Las obras de Höller nunca son iguales, lo que ha dado la fama al polémico y divertido artista, ante una refrescante escena en el arte contemporáneo.

Av. Paseo de la Reforma 51, Bosque de Chapultepec

Del 29 de marzo al 30 de junio del 2019

Entrasa general $70 pesos

http://museotamayo.org/

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