Iniciado como una asociación entre el gobierno federal suizo y el sector privado, esta nueva Platform for Sustainable Cacao reúne a 41 partes interesadas en el cacao en Suiza, desde productores hasta institutos de investigación, junto con distribuidores, minoristas y algunas Organizaciones No Gubernamentales (ONG). La Plataforma proclama el ambicioso objetivo de garantizar que, para 2025, el 80 por ciento de los productos a base de cacao manejados en Suiza proceden de la agricultura sostenible. Orfève, por su parte, ya excedió el objetivo, puesto que el 100 por ciento de la producción de su manufactura basada en Ginebra proviene de plantaciones familiares o de pequeñas cooperativas ubicadas alrededor del mundo, seleccionadas individualmente de acuerdo con exigentes estándares éticos, ecológicos y de calidad.

Sin importar el hecho de ser el más pequeño miembro de la Swiss Platform for Sustainable Cacao, Orfève intenta desempeñar un papel líder al insistir en la imperiosa necesidad de buscar mejores estándares ecológicos y éticos con el fin de garantizar el mantenimiento de la biodiversidad y la preservación de los ecosistemas.

El cofundador de Orfève, François-Xavier Mousin, explica que “debemos evitar especialmente una situación en la que la pérdida de producción e ingresos inducidos por la transición a un comercio orgánico o justo pueda ser compensada por el uso generalizado de híbridos hiperproductivos, como lo es ya el caso con CCN51 en Ecuador y Mercedes en Costa de Marfil. Su calidad organoléptica mediocre, su alto consumo de insumos y su impacto destructivo en las variedades nativas tradicionales corren el riesgo de provocar nuevos desastres ecológicos y humanos. Además, hay muchas razones para temer la rápida desaparición de cacaos finos con cualidades organolépticas únicas, que ya representan sólo el 5 por ciento de la producción mundial, en comparación con el 40 o 50 por ciento a principios del siglo XX”.

Y añade que “el mundo del cacao es al menos tan rico como el del vino, con más de 120 variedades identificadas hasta la fecha, cada una distinguida por aromas únicos e infinitamente variados según sus terruños. Y sin embargo, mientras nos deleitamos en el muestreo de vinos de terroir, y los distinguimos por sus variedades, productores y añadas, seguimos comiendo chocolate, que en el mejor de los casos se reconoce sencillamente por su país de origen o por su porcentaje de cacao. ¿Podría uno imaginar que el 95 por ciento de la producción de vino se dedica a la producción de sangría o vino caliente? Sin embargo, esta triste realidad actual del cacao, del que la gran mayoría de la producción sirve para hacer productos “a base de chocolate”, dentro de los cuales el cacao representa una proporción muy pequeña, ya que es demasiado caro en comparación con el azúcar, o con los diveros aceites vegetales o animales que componen la mayoría de estos productos”.

De acuerdo con Caroline Buechler, también cofundadora de Orfève, “Suiza, aunque se ha convertido en una pequeña parte interesada en el ámbito mundial que maneja apenas el 1 por ciento de la transformación global de productos de cacao, sigue siendo el hogar de la sede de las mayores multinacionales en este sector, y desempeña un papel preponderante, además de tener una gran responsabilidad en el desarrollo de una nueva economía del cacao. El respeto por la humanidad, la naturaleza y la biodiversidad seguirá siendo un factor clave en el futuro de la economía del cacao, que debe implicar, ante todo, proteger, destacar y mejorar el valor de los cacaos finos”.

A través de su membresía en la Plataforma, Orfève se compromete a hacer todo lo posible para garantizar que la solidez de la etiqueta SWISS MADE permita que la industria suiza del chocolate se convierta de nuevo en un jugador global clave en este campo. El objetivo es ubicar a la nación firmemente a la vanguardia de las cuestiones sociales, medioambientales, gustativas, de salud y éticas del siglo XXI, dedicada a la excelencia intransigente que refleje los logros de la marca SWISS MADE en la relojería, la maquinaria de herramientas y la biotecnología, entre otros sectores.

Sobre Orfève

Orfève es la primera manufactura de chocolate artesanal, 100 por ciento suiza, cuya fundación data de 2017. La producción de la fábrica es completamente in-house. Obtiene sus finos cacaos —y de hecho, todas las materias primas— de los terroirs más nobles del planeta, produce barras vintage 100 por ciento de origen único para destacar las variedades más raras y preciosas de cacao.

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