Foto: cortesía Richard Mille.

La más novedosa incorporación a la colección de relojes nacidos de la singular asociación entre Richard Mille y Rafael Nadal desde 2010 no se queda a la zaga en lo que a tecnología se refiere. Y es que este movimiento tourbillon lleva los límites de la tecnología aún más lejos en cuanto a resistencia se refiere.

Resultaba evidente que la presentación de esta pieza, limitada a una edición de 50 piezas, se llevaría a cabo en Roland Garros, una de las citas favoritas de Nadal, pues la tierra batida es su especialidad —ha conquistado nueve veces este torneo francés. La tierra batida se caracteriza por acentuar los efectos Y el efecto del RM 27-03 es de los grandes, como puede apreciarse por los colores amarillo y rojo de su caja de cuarzo TPT, homenaje al país natal de Nadal. Este intenso colorido fue obtenido gracias a la impregnación de resinas teñidas en capas de sílice de apenas 45 micrones gracias a un procedimiento único en su género, puesto a punto por North Thin Ply Technology (NTPT) que permite intercalar dichas fibras antes de calentarlas a 120ºC. Esta auténtica proeza de los ingenieros de Richard Mille y NTPT continúa, pues ya teniendo el compuesto, hay que completar el trabajo sobre la caja y el mecanizado de los materiales, lo que requiere numerosas horas de trabajo.

Pero aquí no quedan las innovaciones, pues la mayor de ellas reside en la resistencia de su calibre tourbillon, capaz de tolerar golpes de hasta 10,000 g. Este hito fue logrado luego de años de investigación y desarrollo, e innumerables horas de pruebas efectuadas principalmente con un péndulo de impacto, que simula las aceleraciones que se generan con los gestos bruscos o los golpes llevando el reloj. El ensamblado de la platina monocasco esqueletada de carbono TPT al calibre tourbillon ultraligero, obtenido mediante precisión milimétrica, garantiza esta virtual indestructibilidad.

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