Imagen: Hotel Riva.
Imagina un lugar en donde en un solo día puedes sentarte en la cima de una montaña nevada y unas horas después te encuentras relajándote en la playa, disfrutando los cálidos rayos del Sol. Justo así es Montenegro, un país bendecido por la naturaleza y rodeado de una rica historia: una mágica mezcla de playas hermosas, salvajes y agrestes montañas, cañones, bahías y antiguos pueblos, con un inmenso abanico de experiencias y vivencias para disfrutar.
Desde la espectacular bahía de Kotor, hasta las perfectas vistas del poblado de Sveti Stefan, siempre hay algo para todos los gustos, por eso es que Montenegro puede considerarse sin problema el destino ideal para vacacionar, pues siempre tiene sorpresas para descubrir.
Una de las poblaciones más hermosas —aunque no tan populares como Budva, Bar o Kotor—, ubicada en el centro de la costa montenegrina, es Petrovac. Petrovac cuenta con una de las playas más hermosas del país, así como un encantador fuerte veneciano que data del siglo XVI, llamado Kastel Lastva que no hay que dejar de visitar.
También en Petrovac se levanta uno de los hoteles más hermosos de Europa, el Hotel Riva, que no hace mucho abrió sus puertas.
Este hotel, localizado muy cerca de las azules aguas del mar Adriático, tiene una fachada imponente, que contrasta hermosamente con los alrededores, dándole a los visitantes una pequeña idea de lo que les espera en el interior.
Todo en el interior del Hotel Riva es nuevo y brillante, con una atención a los detalles de llamar la atención. Cuenta con 32 habitaciones y dos suites presidenciales.
El restaurante del Hotel Riva, ubicado en el promontorio con un balcón que ofrece bellas vistas al mar, ofrece platillos tradicionales, además de una inmensa variedad de frutos del mar que harán las delicias de los huéspedes.
